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¡Cierra bien los recipientes, protege a tus hijos!

Disponible en inglés

Alicia decidió que era hora de limpiar la cocina a fondo. Ella preparó todo para la limpieza mientras Miguelito, su hijo de 2 años de edad, estaba jugando en el comedor contiguo porque Alicia no quería perderlo de vista. Alicia empezó trapeando el piso con un desinfectante. Echó un poco del líquido en el balde, dejó la botella a un lado en el piso y colocó la tapa sobre el mostrador.

Alicia se distrajo por un momento mientras enjuagaba el trapeador. Cuando volteó, vio que Miguelito tenía la botella del desinfectante en las manos. ¡La tenía cerca a la boca y estaba listo para beber de ella! ¡Alicia se dio cuenta que Miguelito pensaba que era una botella de jugo de frutas!

De inmediato le quitó la botella de las manos. En ese instante, también notó que la botella de lejía (blanqueador) en el mostrador parecía una botella de leche. Alicia se dio cuenta entonces de que lo que había sucedido tan rápidamente podría ocurrir de nuevo. Ella estaba muy preocupada por la salud de su hijo e inmediatamente llamó al NPIC.



Mensaje

Alicia le contó a la especialista de NPIC que estaba muy preocupada por la experiencia y quería saber cómo proteger a su hijo.

La especialista de NPIC le explicó que los antimicrobianos son plaguicidas porque matan a los gérmenes. Le explicó que el riesgo que se corre al usar pesticidas depende de dos cosas: la toxicidad y la exposición. Los niños corren más riesgo de exposición a los pesticidas debido a lo pequeño de sus cuerpos y a que son curiosos por naturaleza.

Alicia le proporcionó a la especialista de NPIC los Números de Registro de la EPA que aparecían en las botellas del desinfectante y del blanqueador. Alicia se enteró de que su desinfectante contenía aceite de pino como ingrediente activo, y que el ingrediente activo del blanqueador (lejía) era hipoclorito de sodio. La especialista le explicó los efectos a la salud que pueden ocurrir por la exposición a estos desinfectantes. También le recordó que el riesgo de efectos sobre la salud también depende de la cantidad con la que el niño entra en contacto, y la concentración, o pureza, del producto. Afortunadamente, Alicia detuvo a Miguelito a tiempo para impedir que tomara el producto.

La especialista le proporcionó algunas ideas para proteger a los niños:

  • Leer la etiqueta primero y seguir las instrucciones de la etiqueta.
  • Inspeccionar las áreas desde el punto de vista de un niño para detectar posibles peligros.
  • Asegurarse de que los envases están cerrados (¡ajustar la tapa!) y mantenerlos fuera del alcance de los niños.
  • Utilizar cerraduras de seguridad en los gabinetes donde se almacenan los pesticidas.
  • Enseñar a sus hijos a no tocar los plaguicidas o productos para el hogar.
  • Nunca poner pesticidas en envases de alimentos o bebidas.

Alicia se sintió mucho mejor sabiendo que tenía las herramientas para minimizar los riesgos para Miguelito. La especialista de NPIC le proporcionó el número de teléfono del Centro de Control de Envenenamientos, 1-800-222-1222, para casos de emergencia.