Valeria se encontraba aplicando cebos para topos cuando uno de los cebos se atoró en el dispositivo de aplicación. Ella retiró el cebo solo con sus manos y continúo su tarea. Más tarde, Valeria roció un herbicida en su jardín sin usar guantes, a pesar que la etiqueta le indicaba que usara guantes. Durante la aplicación del herbicida un poco de la substancia escurrió por sus manos. Al terminar sus tareas en el jardín, Valeria entró a la casa, se lavó las manos y continuó con sus quehaceres domésticos.
Al atardecer, mientras se preparaba un té, Valeria sintió una comezón y tirantez en sus manos. Ella se preguntó qué podía haber causado esa irritación. Haciendo memoria se acordó de sus actividades en el jardín y se preguntó si sus acciones tendrían algo que ver con sus síntomas. Le preocupó el haber sido demasiado descuidada.
La etiqueta de los cebos para topos decía "PELIGRO-VENENO", mientras que la etiqueta del herbicida no. Valeria decidió llamar al número en la etiqueta de los cebos antes de hablar con su doctor.